La oración es el ejercicio espiritual de cada cristiano. En las Escrituras Dios me habla a mí, pero a través de la oración, yo le hablo a Dios. La oración se establece sobre la base y nuevo pacto en el sacrificio de Cristo. El sacrificio que Jesús hizo en la cruz nos abrió el acceso para entrar confiadamente al trono de la gracia de Dios. (Hebreos 10:19-22).
La Biblia deja claro que Dios no escucha la oración de un no cristiano, al menos que sea para arrepentirse de sus pecados. (Juan 9:31; 1 Pedro 3:12; Proverbios 28:9).
Como seguidores de Jesús el Cristo, nuestro señor y hermano mayor, debemos de seguir sus pasos y su ejemplo. Por lo tanto, es indispensable que aprendamos cómo orar a nuestro único Dios y Padre de la manera que Jesús nos enseñó.
El Padre nuestro es un modelo de oración que Jesús enseñó a sus discípulos. Más que enseñarnos una oración para repetirla, nos presenta un modelo de cómo orar: “Oren de esta manera”, no se refiere a una formula o repetir al pie de la letra lo que dice el texto, sino a tomar en cuenta el contenido o bosquejo que debe tener nuestra oración. Esta oración modelo comienza como debe empezar toda oración al estar dirigida a Dios, invocándolo: “Padre nuestro que estás en los cielos”.
En este artículo aprenderemos a continuación, cinco puntos muy importantes acerca de la oración:
1. DEBEMOS COMPRENDER QUE ORAR ES UNA NECESIDAD BÁSICA EN LA VIDA DEL CRISTIANO. (Lucas 18:1-8).
Debemos llegar a la convicción de que la oración es una necesidad básica de todo cristiano, para hacer de ella nuestra prioridad. Jesús oraba mucho al Padre, de madrugada, de día y de noche, él llevaba una vida de oración, comunión e intimidad con su Padre y nos dejó una enseñanza para aprender la necesidad que existe en nosotros de orar y no desmayar. La oración diaria es tan indispensable, como el aire que respiramos.
2. LA ORACIÓN DEBE IR DIRIGIDA AL PADRE, EN EL NOMBRE DE JESÚS. (Juan 14:13-14; 15:16; 16:23-24).
- Jesús nos enseñó que oremos al Padre (Mateo 6:6-8).
- Que oráramos en su nombre, ¿por qué? Porque Dios le dio un nombre (autoridad) que es sobre todo nombre (autoridad) en el cielo y en la tierra. (Mateo 28:18; Efesios 1:17-23; Filipenses 2:9-11).
- Jesús declaró que sólo él es el camino para poder llegar al Padre (Juan 14:6).
- Cuando oramos en el nombre de Jesús, nuestra oración es recibida. (Efesios 5:20).
- Jesús es el hombre mediador entre Dios y los hombres. (1 Timoteo 2:5).
3. ORAR ESPECÍFICAMENTE CONFORME A SU PALABRA. (Santiago 4:3).
Aunque Dios ya sabe de las cosas que tenemos necesidad, él desea que nosotros le expresemos específicamente en nuestra oración cada situación. Es decir, orar no solo diciendo: «Señor dame un trabajo», sino ser más específicos: qué tipo de trabajo, horario, salario, etc. Aprendamos a pedir al Padre aquellas cosas que necesitamos y seamos específicos en lo que pedimos y queremos.
Unas de las armas más poderosas que podemos usar en el momento de la oración es la palabra de Dios, porque en ella está la Voluntad del Padre (1 Juan 5:14-15). Muchas oraciones no son contestadas porque pedimos mal, la mejor manera de conducirnos a la hora de orar es hacerlo de acuerdo a lo que dicen las Escrituras, porque eso nos garantiza que estamos orando de acuerdo a la Voluntad de Dios, por lo tanto, nos asegura una respuesta en su tiempo.
4. ORAR CON FE, SIN DUDAR. (Santiago 1:6-8).
Cuando oramos, tenemos que hacerlo creyendo que nuestras oraciones son escuchadas, y que aquellas peticiones que van de acuerdo a la voluntad de Dios serán contestadas. Aun cuando no sintamos nada, debemos de creer que nuestras oraciones son escuchadas y en su tiempo contestadas, debemos de ser perseverantes y no dejar de creer en ningún momento, bajo ninguna circunstancia. A la presencia de Dios debe ir tu oración junto con tu fe, porque «sin fe es imposible agradar a Dios». (Hebreos 11:6). La fe en la oración es la clave para recibir respuesta, la Biblia está llena de ejemplos de hombres y mujeres que oraron con fe y perseverancia y obtuvieron su respuesta. (Santiago 5:15-18).
5. TAMBIÉN PODEMOS ELEVAR UNA ORACIÓN A NUESTRO SEÑOR JESÚS EL CRISTO. (Hechos 7:59).
Si bien hemos aprendido que toda oración debe ir dirigida directa y exclusivamente a nuestro Padre por medio de Jesús. En la Biblia también encontramos a personas que oraron a Jesús, no en una oración general, sino en una oración directa, corta y enfocada en un propósito. (Hechos 7:59; 1 Timoteo 1:12; Apocalipsis 22:20).
Nosotros podemos orar a Jesús tomando en cuenta sus enseñanzas, ejemplos, sabiduría, amor, misericordia, obediencia y fe en el Padre. Es decir, podemos pedirle a Jesús por ejemplo, que nos ayude en nuestras debilidades, ya que él es humano, ahora inmortal, pero entiende todas nuestras dificultades y tentaciones que pasamos cada día, porque él fue tentado en todo, pero sin pecado. (Hebreos 4:14-15). Podemos orar a Jesús pidiéndose ayuda para poder imitarlo en su obediencia al Padre (Hebreos 5:8). Para amar y perdonar como él nos amó y perdonó (Efesios 5:2; Colosenses 3:13).
En la Biblia usted no encontrará ninguna oración dirigida al espíritu Santo de Dios. Ni Jesús, ni los apóstoles nos enseñaron a orar al espíritu Santo para que hiciera algo, sino a Dios para que obrara a través de su espíritu. (Hechos 4:29-31).
La oración es un ejercicio en el que el cristiano debe poner especial empeño, pues de ella depende la fortaleza de nuestra vida como seguidores de Jesús. (1 Tesalonicenses 5:17; Efesios 6:18; Romanos 12:12; Colosenses 4:2).
Cada día oremos a nuestro amado Padre, en el nombre de su amado hijo Jesús el Cristo, cada día entremos a Su presencia confiados en su bondad, sabiendo que podemos rogar y Él siempre nos escucha. Esperando que haya sido de provecho este artículo.
«Gracia y paz le sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro señor Jesús» (2 Pedro 1:2).