¡Hola, qué tal apreciados hermanos y amigos, un gusto volverles a saludar! Reciban un fuerte abrazo a la distancia.
En esta ocasión, donde prácticamente estamos a un mes de concluir este año 2023, y donde todos se preparan de una u otra manera para finalizar el año y esperar con mucha expectativa el próximo año que se avecina, es bueno también entender algunas cosas muy importantes que te ayudaran siempre. Leamos a continuación nuestro texto base de hoy:
Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré , y engrandeceré tu nombre, y serás bendición (Génesis 12:1-2).
Para iniciar este articulo, es necesario que entendamos algo muy importante: Todas las promesas de Dios son condicionales, contrario a lo que se les ha enseñado a muchos donde les han hecho creer que Dios les va a bendecir simplemente porque sí, sin importar su comportamiento. Entendiendo esta gran verdad, continuemos.
En el texto que acabamos de leer, vemos la enorme promesa que Dios le hace a Abraham, una promesa tan grande que no solo lo abarcaría a él, sino a toda su descendencia: «Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición».
Dios solamente le pone una condición a Abraham para empezar a trabajar en esa promesa: «Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré».
Vemos que Abraham creyó a Dios su promesa, pero él debía de obedecer lo que Dios le mandó, pues Dios no iba a hacer efectiva su promesa en Abraham, si él no salía de su tierra y de su parentela.
Para estas fechas vemos en los circulos religiosos que celebran muchos eventos, conferencias y congresos, donde «declaran» y otros más osados «decretan» sobre la vida de los asistentes, un año nuevo lleno de bendiciones, y dicen: «Este será tu año», «En este año nuevo, Dios cumplirá todo lo que te ha prometido» y así sucesivamente cada año dicen lo mismo pero las personas nunca ven realizadas esas «profecías».
Otras personas en los últimos minutos del año hacen ciertos rituales, piden sus deseos con la ilusión de que el año nuevo sea mejor y otros elevan una oración, pidiendo que el año entrante sea mejor que el que se va.
Si bien, desear y orar porque nos vaya bien, no tiene nada de malo, muchas veces por la tradición de cada año, perdemos de vista las cosas verdaderamente importantes. Aunque todos deseamos que el año nuevo sea mejor, todos deseamos un año lleno de buenos tiempos para nuestra vida y para nuestras familias, siendo honestos, eso no podrá ser así, si nosotros seguimos donde no debemos estar, y no me estoy refiriendo meramente a un lugar físico.
Si queremos que las cosas cambien, debemos tomar la decisión de cambiar nosotros, es de vital importancia tener presente que para que las cosas externas cambien en nosotros y en nuestro alrededor, primero debe de haber un cambio interno, un cambio de mente, un cambio de prioridades, un cambio en la forma en como vemos la vida.
Tenemos un mes para reflexionar y entender que no se trata de cambiar de año solamente para que te vaya mejor, se trata de cambiar de mentalidad.
Antes de dejar un año y entrar a otro, debemos de salir de la mentalidad que a muchos no los ha dejado avanzar, que los ha hecho patinar en lo mismo, año tras año. Para ello nos es necesario:
1. DEJAR LAS EXCUSAS Y LAS JUSTIFICACIONES.
Un año mejor vendrá, sí y solo sí nos damos cuenta que la gente que avanza en la vida es aquella que no se excusa ni justifica para no hacer lo que tiene que hacer. No esperes recibir algo diferente este año, si sigues haciendo lo mismo que hiciste el año pasado.
En Marcos 2:1-5 Jesús estaba enseñando en una casa, todos lo oían, la casa se llenó de personas, a tal punto que no podía entrar más gente, en ese momento cuatro hombres traían a un paralitico con el objetivo de que Jesús lo sanara, pero por lo lleno de la casa, no podían entrar, en ese momento ellos bien pudieron quedarse afuera y decir: «Al menos lo intentamos» o la frase predilecta de muchos: «Dios sabe que teníamos buenas intenciones» y así marcharse llenos de argumentos aparentemente válidos, acerca del porque no pudieron llevar hasta donde Jesús al paralitico.
Pero estos hombres no se conformaron con la aparente satisfacción de haberlo intentado, no se conformaron con tener buena justificación, ellos dejaron de lado las excusas y buscaron una solución, ellos rompieron el techo y bajaron desde el techo al hombre paralitico para así ponerlo delante del señor Jesús.
Lo interesante de esta historia es que la Biblia dice que Jesús vio la fe de ellos, la fe evidenciada a través de las acciones realizadas, y entonces Jesús sanó al paralitico. Pregunto ¿Cuántas personas habían en esa casa escuchando a Jesús? ¿Cuántos enfermos estaban ahí cerca? ¿Cuántos más se quedaron sin poder recibir su sanidad porque «no había forma de entrar»?
Contrario al caso anterior, en Juan 5:6 Jesús mismo se le acerca a otro paralitico que estaba acostado, y le hace una pregunta directa: ¿Quieres ser sano? a lo que el paralitico le respondió: «Señor, no tengo quien me meta en el estanque».
Opuesto al otro paralitico que no podía llegar a Jesús a causa de la multitud, a este último fue Jesús quien llegó hasta donde él estaba acostado, fue Jesús mismo quien lo buscó y se le acercó para preguntarle si quería ser sano, nótese por favor, que Jesús no le preguntó si tenía a alguien que lo llevara, la pregunta fue puntual: «¿Quieres ser sano?» En vez de responder a lo que seguramente este hombre tanto anhelaba, en vez de poner su mirada en la solución y decir: Sí, quiero ser sano, este hombre puso su mirada en la excusa: «No tengo».
Así mismo pasa con muchos que desean, anhelan, quieren, piden y oran por un «buen año nuevo», pero cuando la oportunidad se les presenta hasta donde ellos están acostados, lo primero que hacen es poner sus ojos en las excusas.
Comparto con ustedes algunas frases que dicen:
«Es increíble como la mayoría de las personas pasan más tiempo en el valle de las excusas que en la altura de sus sueños».
«Quien quiere hacer algo encontrará un medio, quien no quiere hacer nada, encontrará una excusa».
«Tendrás lo que quieras cuando dejes de inventar excusas de porqué no lo tienes».
Si queremos que las cosas cambien en nuestra vida en este año nuevo, si queremos lograr las metas que cada año nuevo nos proponemos, tenemos que dejar a un lado nuestras excusas, tenemos que dejar de justificar nuestros pecados, nuestra falta de disciplina, nuestra falta de interés, dejar de tener argumentos para justificar nuestra mediocridad.
2. DEJA LAS QUEJAS Y LA ACTITUD DE VÍCTIMA.
En la Biblia encontramos mucha gente que jugaron al papel de víctima, que solo se quejaban de sus vidas, lo vemos desde Adán que se quiso victimizar y culpó a Eva de su pecado, vemos también al pueblo de Israel que se quejó en el desierto, y así hay muchos casos de gente que se puso en lugar de víctimas, pensando que así lograrían algo.
Lo cierto es, que la queja y la actitud de víctima no es una características de la gente que ha logrado algo en la vida.
En el Nuevo Testamento hay un caso muy especial, en Marcos 5:25-29 se nos narra la historia de una mujer que tenía doce años de estar con un sangrado imparable, la cual había sufrido mucho, había gastado mucho en médicos y nadie le podía curar, lejos de eso, le iba peor. Se nos dice que esta mujer escuchó hablar de Jesús e inmediatamente decidió ir en busca de Jesús, diciendo para sí misma: «Si tocare tan solo su manto seré salva».
Siendo sinceros, esta mujer tenía muchas razones para quejarse de su vida, para tomar un papel de víctima por todo lo que había sufrido, por todo lo que había gastado, y viendo que en lugar de mejorar, le iba peor. Bien podía culpar a todos, incluso a Jesús, por no llegar hasta donde ella estaba a sanarla, como hacen hoy en día muchos asistentes a las iglesias, que culpan hasta a Dios, de los desastres que ellos mismos hacen.
Sin embargo, esta mujer fue valiente, esta mujer no tomó una actitud de victimismo, no culpó a nadie de su condición, ni se quejó de que nadie hacía nada por ella, para cambiar su situación. Ella con toda determinación decidió salir de su casa, dejar de lado su dolor, dejar de lado su sufrimiento y buscar a Jesús para poder recibir sanidad, a pesar que la podían golpear, pues Jesús caminaba entre la multitud que lo apretaba, y ella llegó donde Jesús y contra todo pronostico, logró tocar el borde de su manto.
Cuéntame apreciado lector, ¿Cuál es tu condición actual? ¿Tú te encuentras como esta mujer? ¿Cuáles son las quejas que te han detenido de no hacer algo diferente para recibir algo diferente? ¿A qué papel le estás jugando?
Sabes, la gente admira y respeta a los valientes, a los hacedores, a aquellos que luchan, que se esfuerzan a pesar de sus circunstancias y logran los cambios que desean en su vida y familia, y no a aquellos que se sumergen en la queja y que se creen victimas de todo el mundo.
Acá unas frases, que espero te ayuden a reflexionar:
«Si actúas como una víctima, es probable que seas tratado como tal».
«Cuando adoptamos el rol de victimismo ante circunstancias que no podemos manejar y no hacemos más que quejarnos de nuestro destino y vida, malgastamos energía».
«La queja no busca solucionar un problema, sino exaltarlo, quien busca solucionarlo no se detiene a quejarse».
¿Sigues deseando un feliz año nuevo 2024? ¿Sigues pidiendo que este nuevo año sea «tu año»? Pues bien, ya sabes lo que tienes que hacer, deja las quejas, deja la actitud de victimismo, ya deja de buscar culpables del rumbo de tu vida, asume tu responsabilidad, comienza a buscar soluciones, comienza a buscar oportunidades. Y lo más importante, comienza por buscar primeramente el reino de Dios y su justicia y todas las demás cosas vendrán por añadidura (Mateo 6:33).
Y por último, pero no menos importante, seguro estoy que este si no les gustará a muchos:
3. ROMPE CON TODO AQUELLO QUE TE CARGA Y NO TE DEJA AVANZAR.
Así como lo lees, y esto incluye a personas también, hay gente en tu vida que no debe de estar, que no tiene razón de ser en lo que Dios tiene para tu vida. Si bien, muchos entienden esto, es más duro saberlo y hacerlo cuando te das cuenta que muchas veces esa gente está en tu propia familia.
Usted tiene que separarse de cualquier persona, lugar o circunstancias que te sean de estorbo en tu caminar con Dios. Hay gente que tú tienes que dejar atrás, es imprescindible para que tú alcances lo de Dios, que usted corte y rompa con lo que no es de Él.
Abraham tuvo que dejar ir a su hijo Ismael junto con Agar, en otra ocasión sucedió lo mismo con su sobrino Lot, y lo dejó ir al lugar opuesto al que iba él, porque Abraham entendió que a veces eso es lo mejor para avanzar en lo que Dios tiene para ti.
Hay amistades, familiares y cosas de tu pasado que si tú no corta con ellos, te van a destruir a ti, debes cortar con el cordón umbilical de ciertas cosas en tu vida. Hay personas que no tienen lugar en lo que Dios te ha ordenado.
A tu alrededor existe gente que te juegan al rol de los dos puntos anteriores, gente que se excusan para no hacer lo correcto contigo, gente que tiene un sin fin de argumentos para hacerte ver como el o la culpable de sus malas decisiones, gente que se la pasan quejándose y haciéndose los victimas de todo el mundo, para esquivar así su responsabilidad, gente que te chupan como vampiros, te absorben tu tiempo, tu salud, tu paz mental y tu tranquilidad.
Y alguien me dirá: «Es cierto, pero hay que tratar de entender a estas personas». A lo que yo le respondo: Tener empatía con una persona tóxica es difícil, porque es caer en un círculo vicioso de quejas, victimismo y manipulación que te desgasta y a ellos no les ayuda. Con ellos la empatía la debes tener primero con vos mismo, poniéndoles un límite.
ROMPE con relaciones que sabes que te tienen estancado, CORTA con todo aquello que no te ha dejado avanzar en el propósito de Dios. No cambies solo de año, cambia de equipo también, pues de nada sirve llegar a un año nuevo pensando que será mejor, si siempre tienes a tu alrededor a quienes se encargan de que sea tu peor año.
¿Quieres un año nuevo y diferente de verdad? Haz algo diferente, no dejes en mano de un calendario, de un año o de algunas personas, la responsabilidad de tener un buen año, al final la decisión es tuya, toma tu decisión.
"No vivan como vive la gente de este mundo. Al contrario, cambien de manera de pensar y así cambiará su manera de vivir. Entonces podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios y que esta es buena, agradable y perfecta. Quitemos de nuestra vida cualquier cosa que nos impida avanzar, especialmente el pecado que nos hace caer tan fácilmente" (Romanos 12:2 NVIS; Hebreos 12:1 PDT).