Hola hermanos y amigos, espero se encuentren bien. En días pasados una persona me hizo la siguiente pregunta: «¿A qué se refería el apóstol Pablo cuando dijo que algunos habían naufragado en la fe?» Por lo cual decidí realizar un artículo de ese tema y lo compartí en la congregación que presido, aclarando así la duda de quien me preguntó y enseñando también a los demás hermanos. Ahora les comparto a ustedes dicho tema.
Leamos a continuación el texto donde aparece esta expresión dicha por el apóstol Pablo:
«Mantén tu fe en Dios y asegúrate de tener una conciencia limpia. Algunos no han querido hacerlo y por eso su fe en Dios ha naufragado» (1 Timoteo 1:19 Versión Biblia Libre).
Empecemos por conocer exactamente lo que significa la palabra naufragar.
Naufragar del griego nauageó (Gr. ναυαγέω), esta compuesta de dos palabras griegas: Naus y Ago, que significa: Sufrir un naufragio, varado, haber provocado un naufragio, irse a pique o perderse la embarcación, literalmente o metafóricamente. Figurativamente: Arruinarse.
En palabras simples, de lo que el apóstol habla aquí con naufragar en la fe, no es más que el abandono de la fe, y este tema es muy importante, aunque casi no se enseñe en las iglesias. Pero no se podría abordar sin dejar de hacer otras preguntas al respecto, estas serían: ¿Cómo las personas naufragan en su fe? ¿Cuáles son algunos ejemplos de abandono de la fe? ¿Por qué sucede?
El apóstol Pablo habla de «algunos» que «naufragaron en cuanto a la fe» (1 Timoteo 1:19). En el siguiente versículo, Pablo señala a Himeneo y a Alejandro, quienes parecen haber sido cristianos profesantes anteriormente, según 1 Timoteo 1:20.
Jesús, Pablo, Pedro y el escritor a los Hebreos, todos ellos, describieron a personas que tuvieron un comienzo aparentemente bueno en la vida cristiana y luego rechazaron con sus hechos, lo que una vez afirmaron creer. A veces, a esta primera condición, a este primer estado, se le llama fe y luego queda demostrado que no era una fe genuina.
Santiago diría que es una «fe muerta» (Santiago 2:17). El apóstol Pedro diría que es «conocer el camino de la justicia y luego abandonarlo» (2 Pedro 2:21). Pero al final, el Nuevo Testamento enseña que es posible tener un comienzo en la vida cristiana, tal vez un comienzo muy largo y bueno, pero luego desecharlo y perderse.
Existen al menos cinco maneras de naufragar en la fe, y estas las encontramos explicadas en la Biblia por Jesús, Pablo, Pedro y el escritor a los Hebreos. Veamos:
1. NAUFRAGAN EN LA FE POR LOS AFANES, LAS RIQUEZAS Y LOS PLACERES DE LA VIDA.
En primer lugar, vemos que Jesús enseñó en la parábola del sembrador, que el tercer terreno representa a las personas que comienzan bien al oír el mensaje, pero luego se alejan.
«La que cayó entre espinos, estos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto» (Lucas 8:14).
Note por favor, cuál es la causa de su naufragio, pues parecían tener un buen comienzo al oír el mensaje, pero los afanes, las riquezas y los placeres de la vida son las cosas por las cuales abandonan su fe.
Y esto es algo que vemos todo el tiempo, gente que escucha el mensaje del evangelio, lo reciben, pero luego por estar afanados en las cosas de este mundo y por no soltar los placeres de este mundo, la fe nacida de escuchar la palabra es ahogada.
Por eso es que usted va a ver que a las iglesias llegan muchas personas, pero así como llegan se van, y siempre escuchará por boca de ellos mismos, que ya no les da tiempo de congregarse, que por el trabajo, por la familia, por el negocio, ya no les da tiempo de buscar de Dios y simplemente deciden alejarse, pues prefieren los afanes de todas esas cosas y les resulta más fácil abandonar la fe.
2. NAUFRAGAN EN LA FE POR EL AMOR A ESTE MUNDO.
En la carta del apóstol Pablo a Filemón leemos que Pablo dice que Demas era un colaborador suyo, junto con Lucas:
«Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis colaboradores» (Filemón 1:24).
Esto nos indica que a los ojos de Pablo, Demas debió ser un verdadero cristiano, que en su momento le demostró estar de lleno en la fe. Ya que por lo que sabemos de Pablo, era muy estricto en cuanto a la fe, tanto así que en una ocasión ni siquiera dejó que Juan Marcos fuera con él en su segundo viaje misionero, pero aquí vemos que tiene a Demas como compañero.
Sin embargo, y para sorpresa de nosotros, más adelante, cuando Pablo escribe a Timoteo, en su segunda carta, le dice:
«Pues Demas me ha desamparado, amando este mundo presente, y se ha ido a Tesalónica» (2 Timoteo 4:10).
¿Qué? Pero apóstol, si Demas era tu colaborador en el Señor. Y así era, pero ahora Pablo expresa que Demas no permaneció y lo abandonó, porque amó más a este mundo, y se fue de Pablo, dejando así de ser su colaborador.
Note la razón del abandono de la fe, del naufragio de la fe de Demas: el amor a este mundo.
Por eso es oportuno recordar la advertencia dada por el apóstol Juan:
«No amen al mundo, ni anhelen las cosas que hay en él. Si aman al mundo, no tendrán el amor del Padre en ustedes. Porque todas las cosas de este mundo, nuestros deseos pecaminosos, nuestro deseo por todo lo que vemos, nuestra jactancia por lo que hemos logrado en la vida, ninguna de esas cosas viene del Padre, sino del mundo. El mundo y sus malos deseos acabarán, pero los que hacen la voluntad de Dios vivirán para siempre» (1 Juan 2:15-17 VBL).
3. NAUFRAGAN EN LA FE PORQUE RECHAZAN MANTENER UNA BUENA CONCIENCIA.
En 1 Timoteo 1:18-20, encontramos nuevamente al apóstol Pablo exhortando a Timoteo para que él no naufrague en su fe, y les menciona a dos personas que ya habían naufragado en su fe:
«A fin de que por ellas, pelees la buena batalla, guardando la fe y una buena conciencia, por no hacerle caso a su conciencia, algunos han naufragado en la fe. Entre ellos están Himeneo y Alejandro» (1 Timoteo 1:18-20).
¿Cuál fue la causa del naufragio de estas dos personas? Fue que rechazaron mantener una limpia y buena conciencia, esto quiere decir, que a pesar de lo que su conciencia les dictaba, ellos no le hacían caso y prefirieron hacer lo que su corazón malvado quería hacer, su conciencia les decía que lo que hacían no era correcto, sin embargo, no le hicieron caso.
¿Eres o conoces a algún cristiano que saben que están actuando mal, pero ya sea por orgullo, maldad o pura capricho, lo hacen? Nuestra conciencia muchas veces nos dirá y nos acusará también. Esto de echar de sí lo que nos dicta nuestra conciencia, es muy peligroso, porque podemos llegar a perder toda sensibilidad y endurecer nuestra conciencia. ¡Cuidado! (Efesios 4: 17-19; 1 Timoteo 4:2).
4. NAUFRAGAN EN LA FE PORQUE SE ENREDAN NUEVAMENTE EN LAS CONTAMINACIONES DEL MUNDO.
Al abandono de la fe, el apóstol Pedro lo llamó así:
«Porque si después de haber escapado de las contaminaciones del mundo por el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesús Cristo, se vuelven a enredar en ellas y son dominados por ellas, su condición postrera viene a ser peor que la primera» (2 Pedro 2:20).
Preste mucha atención, esto nos indica que existen personas que inician bien en los caminos de la fe, a tal punto que por el conocimiento de nuestro señor Jesús, logran escapar del mal del mundo, pero luego de un tiempo, se vuelven a enredar en las contaminaciones del mundo y son vencidos por ellas, abandonando así la fe, es decir, naufragan en su fe, y lo más terrible de esa situación, es que la Escritura nos dice que su estado final será peor que al principio, es decir, terminarán en peores condiciones que al principio.
¿Cuál es el problema? ¿Por qué naufragaron? El apóstol Pedro nos lo dice: Se enredaron de nuevo en las contaminaciones del mundo, es decir, de donde ya habían logrado salir.
5. NAUFRAGAN EN LA FE POR EL ENGAÑO DEL PECADO.
En quinto y último lugar leemos al escritor a los Hebreos decir:
«Tengan cuidado, hermanos, asegúrense de que ninguno de ustedes tenga un corazón malo e incrédulo, que los aleje del Dios vivo. Adviértanse unos a otros todos los días, mientras dure ese «hoy», para que ninguno sea engañado por el pecado y se endurezca contra Dios. Pues, si somos fieles hasta el fin, confiando en Dios con la misma firmeza que teníamos al principio, cuando creímos en él, entonces tendremos parte en todo lo que le pertenece a Cristo» (Hebreos 3:12-14 Versión Nueva Traducción Viviente).
¿Lo notaron? El escritor se refiere a los hermanos de la fe, y les exhorta a tener cuidado, para que ninguno sea engañado por el pecado y se endurezca contra Dios, también les recuerda que somos participantes de Cristo sí y solo sí nos mantenemos firme hasta el fin, con la misma confianza que mostramos al principio.
Según el escritor a los Hebreos, existe un grupo de personas que empiezan bien con mucha confianza en Dios, pero al pasar el tiempo, su corazón se vuelve incrédulo por el engaño del pecado, y vuelven a ser esclavos del pecado.
La mayoría de los naufragios de la fe en las personas, no son por problemas externos, si se fijaron bien en estos cinco ejemplos, la causa común se debe a que quiero hacer lo que yo quiero y el cristianismo me estorba, es decir, escogen la preferencia del corazón por el pecado y no por la verdad.
Entonces, con estos ejemplos, podemos entender que lo que Pablo quiere decir con naufragar en la fe es el abandono de la fe profesada. Una persona comienza la vida cristiana, quizás él mismo y los que le rodean piensan que es un verdadero comienzo, y luego abandona todo. El barco de la fe se hace pedazos y naufragan, se hunden.
Lo que realmente llama la atención en estas cinco descripciones del naufragio es que el océano en el que se hunde la fe de las personas, no son en dificultades propias del cristianismo, como pruebas, problemas o dificultades. Si usted prestó mucha atención se dará cuenta que en todos los casos, es un problema con la preferencia del corazón por el amor al mundo y al pecado.
Y si no lo notó, aquí el resumen de los ejemplos expuestos:
El naufragio del tercer terreno en la parábola del sembrador dada por Jesús, se debe a las riquezas y los placeres de la vida (Lucas 8:14).
El naufragio de Demas se debió al amor por este tiempo presente (2 Timoteo 4:10).
El naufragio de Himeneo y Alejandro se debió al rechazo de tener una buena conciencia (1 Timoteo 1:19-20).
El naufragio de los que escaparon de las contaminaciones del mundo por el conocimiento de nuestro señor Jesús, se debe a que se enredan nuevamente con las impurezas del mundo y son dominados por ellas (2 Pedro 2:20).
El naufragio de otros hermanos, se da por tener un corazón incrédulo, que los hace endurecer su corazón y apartarse del Dios vivo a causa del engaño del pecado. (Hebreos 3:12-14).
De todo esto concluyo que, aunque puedan haber luchas, pruebas y sufrimientos en la vida cristiana, situaciones que pasamos que muchas veces no entendemos, no obstante, la mayoría de los naufragios de la fe no son, en el fondo, por estas cosas, sino que se deben a que la persona nunca quiso rendirse a la voluntad de Dios, nunca quiso menguar para que Cristo creciera en ella, prefirieron satisfacer los deseos de la carne, dicho de otra manera, estas personas nunca nacieron de nuevo.
Así que, oremos por los que se han alejado, no solo para que vean el camino de la verdad como verdadero, sino para que vuelvan y se deleiten en el camino de la verdad con santidad.
Y a nosotros, los que continuamos en esta carrera de la fe, les animo a continuar con firmeza, confiando siempre y en todo momento en la fidelidad de Dios. Saludos a todos mis apreciados.
"Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga" (1 Corintios 10:12).