Llega el año a su fin y está lleno de bendiciones; por donde quiera que pasas dejas gran abundancia (Salmos 65:11 TLA).
Más que desearles feliz año nuevo, queremos que se les haga realidad. Les presentamos nuestro último artículo del año.
Sin duda alguna, este año ha sido un año de muchas luchas, pruebas, alegrías y tristezas, pero también ha sido un año donde la bondad de Dios nunca faltó. Y creo que verdaderamente el anhelo de cada Cristiano, de cada hijo de Dios, debe ser terminar el año disfrutando del bien de Dios en su vida, disfrutando de Su bondad y misericordia.
Ahora bien, muchos para estas fechas de fin de año, comienzan a pedirle a Dios tener un buen año nuevo, comienzan a soñar con tener un año bendecido, mejor que el año que se va.
Sin embargo, es necesario comprender que si algo no cambia en nosotros para este año nuevo, no habrán cambios significativos, nadie puede esperar recibir algo diferente haciendo siempre lo mismo, dicho de otra manera, nadie puede esperar recibir mangos si lo que cosecha son limones. No basta con anhelar un mejor año, debemos de accionar en base a lo que queremos recibir este próximo año.
Entonces se preguntará, ¿Qué debo hacer?
Empecemos por comprender que lo primero que debemos hacer en este nuevo año es:
1. NO SEPARARNOS DE LA VID VERDADERA.
Nuestro señor Jesús dijo claramente, que él es la vid y nosotros los pámpanos, el que permanece en él llevará muchos frutos, pero que separados de él nada podemos hacer (Juan 15:5).
No podemos esperar tener un buen año si nos alejamos de aquel que es la fuente de toda bondad, si nos alejamos de su cuidado y protección sobre nuestras vidas. Si verdaderamente queremos tener un buen año debemos de hacer de Jesús y sus enseñanzas nuestra forma de vida, en otras palabras, no es lo que yo diga es lo que él diga.
La buena vida que todos los seres humanos anhelamos tener está en Jesús, y es a él a quien debemos prestar mucha atención, pues así lo quiso el Dios todopoderoso cuando nos dijo de Jesús: él es mi hijo amado, a él escúchenlo (Lucas 9:35).
Vivir de acuerdo a lo que Jesús enseñó y no de acuerdo a nuestras opiniones y sentimientos, hará que en este año nuevo nos vaya mucho mejor que el año anterior. Procuremos que Jesús sea el centro de nuestra vida, y te garantizo que las cosas marcharán mejor.
2. APRENDAMOS A TOMAR BUENAS DECISIONES.
«Hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ti, de que te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige, pues, la vida, para que vivan tú y tus descendientes». (Deuteronomio 30:19 NVI).
Siendo sinceros, tenemos que reconocer que a muchos de nosotros nos fue mal en este año que estamos terminando por haber tomado malas decisiones, es decir, decisiones que no estaban conforme a la voluntad de Dios. Decisiones que tomamos por capricho, por enojo, por soberbia, por orgullo; y lastimosamente muchas personas lejos de reconocer sus errores, lo que hacen es quejarse contra Dios. Bien dijo el proverbista:
«La insensatez del hombre tuerce su camino, y luego contra Jehová se irrita su corazón». (Proverbios 19:3).
Si queremos que nos vaya bien, si queremos tener un buen año, tenemos que aprender a tomar buenas decisiones, basadas en la voluntad de Dios. No podemos pensar siquiera que porque el año es nuevo las cosas se darán diferente, tu vida es el resultado de tus decisiones, eres lo que eres por tus decisiones, no pongas en manos de un calendario tu vida, empieza a tomar responsabilidad de tus actos, empieza a tomar decisiones basadas en lo sensato y sabio, basadas en la voluntad de Dios y no en la nuestra.
Ya no sigamos neciamente caminando por ese camino que trajo dolor, que trajo amargura y destrucción a nuestra vida, ya no sigamos lastimándonos más, ni lastimando a quienes nos aprecian de verdad, alejémonos de los malos caminos y acerquemos nuestra vida al camino de sanidad, al camino de la bendición de nuestro sabio y único Dios:
«Corran por un camino recto y parejo, para que el pie que esté cojo se sane y no se tuerza más». (Hebreos 12:13 TLA).
3. PROCUREMOS HACER EL BIEN A TODOS.
«Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal. ¿Y quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien?». (1 Pedro 3:12-13).
Por último, pero no menos importante, si bien ya sabemos que no debemos cometer las mismas malas decisiones, también es necesario comprender que nos es necesario hacer el bien, que no podemos ir por el camino de la vida haciéndole daño a las personas que se nos acercan, haciendo daños con nuestras palabras, cometiendo injusticias a nuestro semejante e inclusive a nuestra propia familia de la fe y esperar que nos vaya bien, porque la Escritura es bien clara:
«No se engañen, de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra». (Gálatas 6:7).
Así que, piensa bien como tratas a tu semejante, no puedes ir por la vida sembrando espinos en las personas y esperar de ellos flores. Cada quien tiene lo que merece, esto aplica tanto en las personas que te rodean, así como los bienes que poseas, tienes lo que mereces tener. Y si este año no obtuviste algo que deseabas, está en ti, para este año nuevo, lograrlo, cambia tu actitud y tu forma de ver la vida, nadie te debe nada, tú le debes la vida a Dios, mirémonos siempre como deudores con la gente (Romanos 1:14). Esa debe ser nuestra actitud basada en humildad.
Si queremos que nos vaya bien, tenemos que procurar hacer el bien a todos «y mayormente a los de la familia de la fe». (Gálatas 6:10).
¿Sigues deseando tener un buen año nuevo? bien, ahora ya sabes que depende de ti, pues Dios desea bendecir y prosperar, pero somos nosotros mismos muchas veces con nuestras acciones quienes nos ponemos los obstáculos para que eso suceda. Recuerda: Año nuevo, pensamientos nuevos, decisiones correctas, apartando de nosotros todo sentimentalismo, ego, soberbia y altivez que no nos ha dejado avanzar en la vida.
Ahora ya sabes que nada cambia con arrancar una hoja del calendario, que nada cambia con poner un calendario nuevo en tu casa o negocio, deben de cambiar nuestros pensamientos y por ende, nuestras acciones. Que Dios te ilumine para ello.
Que en este nuevo año 2023: «La gracia, misericordia y paz, de Dios nuestro Padre y del señor Jesús el Cristo, hijo del Padre, estén con ustedes en verdad y en amor» (2 Juan 1:3).