EL DIEZMO ES BÍBLICO, PERO NO CRISTIANO – Parte I

Antes que nada, debo aclarar que con este artículo, no se busca motivar a los Cristianos a no aportar dinero para el sostenimiento y mantenimiento en sus congregaciones, de ninguna manera.

Más bien, el objetivo es poder darle una buena comprensión a la Escritura y así salir del error en el cual muchos han caído. Usted no solo puede, sino debe aportar en su congregación para los gastos, alquiler, pagos, compras, mantenimiento, etc. pero hagámoslo de la manera correcta, como lo enseña el Cristianismo del Nuevo Testamento.

Dicho esto, empecemos:

Muchos de los asistentes a las Iglesias afirman que ellos dan el Diezmo porque Dios así lo manda en Su palabra, y creo que ese es el punto principal por el cual hago este artículo, ya que si usted da el Diezmo porque quiere simplemente, pues está bien, pero no debemos afirmar que el Diezmo es una ordenanza para los cristianos.

Analicemos hoy este tema en la Escritura y veamos los versículos sacados de su contexto, que son más usados por quienes reclaman o defienden el Diezmo a los cristianos.

La mayoría afirma: «El Diezmo debemos darlo y quienes no lo hacen son ladrones, porque así dice Malaquías 3:8. Y Dios nos ordena dar el Diezmo en Malaquías 3:10».

Sin duda alguna, esos son los versículos favoritos de quienes reclaman el Diezmo a los cristianos, usan Malaquías 3:8,10 para hacerles creer a las personas que es una obligación darlo, pero pasan por alto el versículo 9.

Lamentablemente de esta forma es que han venido formando a las mayorías de creyentes, solamente les enseñan a leer versículos, es ahí donde radica la confusión, pues no se puede leer solamente un versículo de todo un libro y hacer una doctrina de él.

Ahora bien, leamos Malaquías 3:8: «¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas».

Y hasta ahí se quedan quienes reclaman el Diezmo a los Cristianos y los acusan de ladrones; luego se cruzan al versículo 10. Pasando por alto el versículo 9 que dice:

«Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado». (Malaquías 3:9).

Si usted, estimado lector, se percata, se dará cuenta fácilmente que Dios le está haciendo el reclamo únicamente a la nación de Israel, NO a todas las naciones.

De hecho, usted puede confirmar esto, al leer el inicio de este libro de Malaquías, que nos dice a quien va dirigida toda la profecía dada en ese libro:

«Profecía de la palabra de Jehová contra Israel, por medio de Malaquías». (Malaquías 1:1).

El reclamo que Dios hace en esta Escritura no es para todo el mundo, mucho menos para los cristianos, ya que Jesús vino a la existencia, alrededor de 400 años después del profeta Malaquías, y mucho después los cristianos.

De hecho, para que no quede ninguna duda, Dios se encarga de dejar bien claro al final de este libro, para quien va dirigida toda esa reprensión:

«Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel«. (Malaquías 4:4).

Tratar de aplicar Malaquías 3:8 a los cristianos contradice totalmente al mismo Dios, ya que jamás Dios envió esta profecía y ordenanza a los cristianos, sino exclusivamente al pueblo de Israel, por eso les exhorta que se acuerden de Moisés a quien le dio las ordenanzas y leyes para todo Israel. Porque fue la nación de Israel la que recibió la ley en el monte Horeb.

Entre esas ordenanzas y leyes, Dios escogió de las doce tribus de Israel, únicamente a la tribu de Leví, para ser ellos los encargados del servicio sacerdotal y por ende, los únicos autorizados por Dios para recibir de las 11 tribus los Diezmos (Números 18:21-24), y de ese 10% los Levitas a su vez darían el 10% en ofrenda a Dios (Números 18:26-28), lo que se conoce popularmente como «Diezmo de Diezmos».

Si las once tribus no entregaban el Diezmo a los Levitas, los Levitas no podían entregar su 10% en ofrenda a Dios. Y es por eso que Dios exhorta de esta manera a la nación de Israel, no a nosotros.

El Diezmo como tal es bíblico, porque está en la Biblia, pero no es una práctica cristiana. Así como está en la Biblia la circuncisión, pero tampoco es una práctica Cristiana.

Quienes cobran y quienes pagan el Diezmo se están poniendo bajo la ley donde está la ordenanza del Diezmo, y dicha ley, no sólo contiene el mandamiento del Diezmo, sino 613 mandamientos en total, que deben cumplir quienes se pongan bajo esa ley.

Dicha ley fue dada solamente al pueblo de Israel, y fue dada por medio de Moisés, siendo Moisés el mediador. Pero nosotros los cristianos, no tenemos a Moisés como mediador, sino a Jesús el Cristo, nosotros no estamos bajo la ley de Moisés, sino bajo la ley de Cristo (1 Corintios 9:21; Gálatas 6:2).

Por eso, el apóstol Pablo en su carta a los Gálatas nos advierte: «quienes quieren justificarse delante de Dios a través de cumplir la ley de Moisés, se separan automáticamente de Jesús el Cristo». (Gálatas 5:3-4).

Siendo Jesús nuestro mediador y señor, es a él a quien debemos escuchar, pues así nos lo ordena Dios (Lucas 9:35). Y Jesús nunca nos ordenó Diezmar. Ni mucho menos solicitó el Diezmo para él, ya que Jesús no es Levita, sino que proviene de la tribu de Judá, por lo tanto, él sabía que no podía cobrar Diezmos, ya que los únicos autorizados por Dios para ello, es la tribu de Leví.

Quienes cobran el Diezmo a los cristianos, no solamente se ponen bajo la ley de Moisés, sino que usurpan el lugar de la tribu de Leví. Pregúntele a su pastor que le cobra el Diezmo, si él es Levita para cobrar Diezmos, ya que ni Jesús ni los apóstoles se atrevieron a hacerlo.

Analícelo usted y saque sus propias conclusiones, sin prejuicio, solo a la luz de lo expuesto.

Después de ese versículo muy usado de Malaquías, usan otro y dicen: «El Diezmo no solo es un mandamiento de la Ley, sino que también antes de la Ley ya se practicaba, muestra de eso es que Abraham antes de la Ley, ya era un Diezmador, él dio los Diezmos a Melquisedec y por eso Abraham era próspero, y debemos seguir su ejemplo para ser bendecidos como él lo era».

Este es uno de los pasajes con los que motivan a las personas a Diezmar con la esperanza de recibir de Dios bendiciones en dinero hasta que «sobreabunde», es como si el diezmador hiciera un negocio, un «pacto» con Dios, que al usted diezmar, Dios está obligado a «bendecirle» económicamente, sin importar si usted obedece o no a Dios, sin importar cual sea su conducta y moral delante de Dios, ya que ellos dicen que con diezmar, usted está «asegurando» ese tipo de bendición monetaria.

Una vez más, vámonos a leer el pasaje donde sale el versículo que citan, y este está en Génesis 14, pero vamos a leerlo correctamente, en contexto y no solo un versículo, porque como siempre, pasan por alto los versículos anteriores y se van de un solo al versículo que quieren mostrar.

Leamos en contexto: «Cuando volvía de la derrota de Quedorlaomer y de los reyes que con él estaban, salió el rey de Sodoma a recibirlo al valle de Save, que es el Valle del Rey. Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino; y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo». (Génesis 14:17‭-‬20).

Si usted lee correctamente, sin que condicionen su lectura, se dará cuenta cómo se dieron las cosas en realidad y en el orden en el que se dieron, y es que primero Melquisedec le dio pan y vino, luego bendijo a Abraham, sin que este le diera nada (v17-19).

Luego es que Abraham le da el Diezmo de todo. Pero ¿de qué «todo» dio Abraham el Diezmo?

La Biblia responde:

«Entonces el rey de Sodoma dijo a Abram: Dame las personas, y toma para ti los bienes. Y respondió Abram al rey de Sodoma: He alzado mi mano a Jehová Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra, que desde un hilo hasta una correa de calzado, nada tomaré de todo lo que es tuyo, para que no digas: Yo enriquecí a Abram». (Génesis 14:21‭-‬23).

Como pueden notar, Abraham no dio el Diezmo de lo que Dios le había dado a él antes, sino dio el Diezmo de todo lo que traía en el botín que había recuperado.

Ni siquiera dio ese Diezmo para esperar que «Dios le diera bendición hasta que sobreabunde», porque él ya era bendecido y muy rico, mucho antes de ese momento. Leer Génesis 13:2.

Aquí usted puede darse cuenta de varias cosas, como por ejemplo:

  1. Abraham no lo dio de sus bienes, sino del botín de los bienes que recuperó del rey de Sodoma.
  2. Es el único Diezmo que Abraham dio en toda su vida; no hay otro pasaje en el libro del Génesis que hable de que Abraham diezmaba fielmente y en el Nuevo Testamento queda confirmado así: «Abraham el patriarca dio diezmos del botín». (Hebreos 7:4).

Abraham tuvo una guerra y como se acostumbraba en ese tiempo, pagó su 10% como impuesto del botín. Luego en el tiempo de las conquistas en Canaán, esto se repitió muchas veces, por cada conquista, pagaban un impuesto (Josué 22:8; 1 Samuel 30:20; Números 31:28).

Lo que demuestra que el Diezmo Levita no es nada parecido a esta costumbre pre-abrahámica.

Por lo tanto, queda en evidencia que el Diezmo de Abraham que tanto mencionan para hacerle creer a los cristianos que el Diezmo como tal es una «práctica» antes de la ley, no es cierto.

Como ya hemos dicho antes, no se puede hacer una doctrina de un solo versículo, menos cuando dicho versículo se saca de su contexto, ya que da lugar para un pretexto.

Juzgue usted lo que la Biblia en realidad enseña y saque sus propias conclusiones. No se pierda la segunda parte de este tema, donde estaremos abordando los dos últimos argumentos que presentan los que cobran y defienden el Diezmo a los Cristianos.

Estaré compartiendo próximamente la segunda parte de este artículo. ¡Saludos!

"Que la Gracia, misericordia y paz, de Dios nuestro Padre y del señor Jesús el Cristo, hijo del Padre, estén con ustedes en verdad y en amor" (2 Juan 1:3).
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