¿CON QUÉ LENTES VES LA VIDA?

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. (Romanos 8:28).

Seguramente el texto citado, muchos cristianos lo hemos escuchado, lo hemos leído y hasta lo hemos expresado, pero son pocas las personas que en realidad llegan a comprender y a aceptar en todo momento de sus vidas este pasaje.

Este texto nos revela algo muy interesante, y es esto: Todo lo que nos acontece en nuestra vida, de alguna u otra forma nos ayudan para bien. Y sé que muchos dirán: «Amén a eso». Pero debemos de comprender que esto incluye también los momentos de aflicción, de dolor, de escasez, de enfermedad, de desafíos, pruebas y tribulaciones.

Y es ahí donde la mayoría tropieza, porque no logran entender de qué manera les va a ayudar para bien algo que aparentemente es malo y duele. Podrían decir que lo que han estado viviendo los ha quebrantado, los ha hecho llorar, los ha puesto triste, con temor o llenos de preocupación.

Sin dudas, en algún momento, todos hemos pasado por situaciones donde no podemos cambiar esa adversidad que estamos enfrentando, pero en medio de esa realidad, sí hay algo que podemos cambiar y es nuestra manera de ver esas situaciones que nos está tocando vivir.

La forma en que tú veas tu situación actual, determinará mucho tu salida de esa situación. Si bien, no podemos cambiar ciertas cosas, sí podemos cambiar la óptica con la que miramos las cosas. Los lentes que uses para ver tu situación serán de suma importancia y determinarán en gran manera tu porvenir.

Leyendo en la Biblia, nos encontramos con personas que viendo la misma situación tuvieron ópticas diferentes, y la forma en cómo vieron les dio a unos la victoria y a otros la derrota en la misma situación que enfrentaban.

Un ejemplo claro de ello, son los doce espías que Moisés envió a reconocer la tierra de Canaán, los doce fueron al mismo lugar, a reconocer la misma tierra y a ver a la misma gente, sin embargo, diez decidieron ver con los lentes de la derrota y tan solo dos decidieron ver con los lentes de la victoria.

Diez dijeron: «No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros… esa tierra traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura, también vimos allí gigantes… y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos». (Números 13:31-33).

Dos dijeron: «Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos. La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena. Si Jehová se agradaré de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel… no teman al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan: su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no les teman. (Números 13:30; 14:7-9).

¿Notaron la diferencia? Aparentemente los doce vieron lo mismo, pero al final cada uno decidió cómo iban a ver las cosas. Esta demás recordarles que los diez que decidieron verse en derrota, murieron y no entraron a la tierra prometida, mas los otros dos que fueron Josué y Caleb, sí lograron conquistar y entrar a la tierra prometida. ¿Y todo por qué? Porque ellos decidieron ver la adversidad con los lentes de la fe en Aquel que es fiel en lo que promete.

Cuando Jesús fue crucificado, sus discípulos vieron su muerte como una derrota, como una perdida, tanto así que aquellos dos que iban camino a Emaús conversando sobre lo acontecido, iban tristes y no entendían porqué había pasado aquello. Jesús se les apareció y les preguntó: «¿Por qué están tristes?» A lo que ellos respondieron: De Jesús nazareno, que fue varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo… lo sentenciaron a muerte y le crucificaron. Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel. (Lucas 24:17-21).

Jesús los exhortó duramente por ver las cosas de la forma en la que ellos la estaban viendo, pues sin duda alguna, la muerte y resurrección de Jesús fue la victoria más grande que el hombre haya tenido. Jesús les dijo: «¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?» (Lucas 24:25-26).

Después de leer esto, te pregunto: En esa situación difícil que estás atravesando, ¿con qué lentes estás viendo? ¿Será que estás viendo con los lentes de la frustración, con los lentes de la desesperación, con los lentes del temor y la duda? ¿O será que estás viendo tu situación con los lentes de la fe, con los lentes de la esperanza, con los lentes de la confianza en Dios de que pronto te dará la victoria y saldrás de esa dificultad?

Hoy te animo a que cambies de lentes para ver las circunstancias de tu vida, a que mientras el proceso pasa, te enfoques solamente en creerle a Dios, a hacer tuya de verdad la palabra que dice: A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien.

Enfócate en ver las cosas que te suceden como una enseñanza que al final resultarán para bien, ya que muchas veces nuestro mejor maestro son las crisis en las cuales debemos aprender, como el apóstol Pablo aprendió a contentarse cualquiera que fuera su situación. (Filipenses 4:11-13).

Aprende a ver tu situación actual como una oportunidad de Dios para ser mejor. Te aseguro que si aprendes a confiar más en Dios, y a ver tu vida con los lentes de la esperanza, pronto, muy pronto podrás salir de esa situación y el Dios que te ha librado y te ha sacado de situaciones peores, también te sacará y te dará la victoria en esta situación difícil.

Así que, en vez de preguntarte por qué estás en esta situación, mejor pídele a Dios que te recuerde la promesa que te hizo, y recuerda siempre esto: No busques respuestas en las dificultades, busca refugio en sus promesas.

¡Ánimo, Dios tiene cuidado de ti!

"Que Dios les dé cada vez más gracia y paz a medida que crecen en el conocimiento de Dios y de Jesús nuestro señor" (2 Pedro 1:2).
Comparte y bendice a otros:

2 Comments

  1. Miguel García dice:

    Me gustan sus artículos, son muy buenos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *