Hola, qué tal apreciados lectores, queremos presentarle este tema muy importante y que ha creado mucha confusión en la mayoría de creyentes, como es el don de lenguas. Veamos a continuación:

El primer acontecimiento de hablar en nuevas lenguas se produjo en el día de Pentecostés; los apóstoles salieron y compartieron el evangelio con las multitudes, hablándoles en su propia lengua:

¡Les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios! (Hechos 2:11).

La palabra griega traducida a «lenguas», literalmente significa idiomas. Por tanto, el don de lenguas es el don hablar en un idioma existente a fin de ministrar a alguien que habla ese idioma.

la palabra original en dicho texto es: Glossolalia. Esa palabra proviene de dos palabras griegas: Glossa, que significa: Lengua, el órgano. Y de la palabra griega: Lalía, que significa: Habla. Por ende, Glossolalia no es «hablar en lenguas» ni es «balbuceo ininteligible» más bien es, hablar en un idioma sin haberlo estudiado antes, en un idioma extranjero, en eso consiste el milagro.

Se trata de verdaderos idiomas hablados en determinados países, diferentes de aquellos que habitualmente hablaban los apóstoles, pues los oyentes les oyen hablar sus propios idiomas y se admiran del hecho de oírlas en labios de galileos (Hechos 2:8-9).

La Biblia dice que hay diversidad de dones, de ministerios y de actividades pero que todos proceden de un mismo Dios (1 Corintios 12:4-6), y que a cada uno le es dada la manifestación del espíritu (en este caso, de los dones) para el bien de todos (1 Corintios 12:7-11).

¿Qué dice Pablo respecto al don de lenguas? Analicemos a continuación el capítulo de 1 Corintios 14, en este capítulo el apóstol Pablo nos enseña varias cosas:

• Que procuremos los dones, pero sobre todo que el don de profecía es mucho mejor que el de lenguas. (1 Corintios 14:1-5).
• Que el don de lenguas no edifica a los oyentes, porque no es comprensible. (1 Corintios 14:6-11).
• Que quien tenga ese don, pida en oración poder interpretar las lenguas. (1 Corintios 14:13).
• Que es más edificante orar y cantar con el entendimiento para que su entendimiento no quede sin fruto. (1 Corintios 14:14-16).
• Que es preferible hablar en la iglesia cinco palabras con entendimiento que diez mil en idioma desconocido. (1 Corintios 14:19).
• Que el don de lenguas es una señal para incrédulos, no para creyentes. (1 Corintios 14:21-22).
• Que si todos los miembros de la iglesia se ponen a hablar en lenguas y entra un indocto o un incrédulo les tomará por locos. (1 Corintios 14:23).
• Que si alguien habla en lengua extraña, que sean dos o a lo más tres y por turno; y que uno interprete. Si no hay intérprete que calle en la iglesia, y hable para sí mismo y para Dios. (1 Corintios 14:28-29).
• Que no hay que impedir hablar en lenguas, pero debe hacerse decentemente y en orden. (1 Corintios 14:39-40).

Hablar en otro idioma puede ser una evidencia de tener contigo al espíritu Santo, pero no es una regla para todos los cristianos. Ser bautizado por el espíritu Santo no es sinónimo de hablar en lenguas. Ni todos los que han sido bautizados por el espíritu Santo hablan en lenguas ni todos los que hablan en «lenguas» han sido bautizados por el espíritu Santo.

Por lo tanto queda claro que, tener el don de hablar en otro idioma, no es balbucear ni repetir ciertos balbuceos, sino más bien, hablar en un idioma conocido en algún lugar del mundo, sin haber estudiado antes dicho idioma.

«Gracia y paz le sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro señor Jesús» (2 Pedro 1:2).